Capítulo 0: Prólogo


“¡Nii-san! ¡¡Nii-san está…!!”

“¡No podemos, señorita! ¡Tenemos que huir, rápido!”

“¡Pero Nii-san…!”

“¡Señorita, deténgase! ¡Ya está muerto, y esa cosa nos matara si nos quedamos! ¡Guardias, tomen a la señorita y sáquenla de aquí! ¡Rápido!”

“¡No! ¡Suéltenme! ¡Nii-san…!”

***

Benjamín tuvo un extraño sueño.

En medio de un bosque, un carruaje de cortinas rojas y que lucía bastante costoso, estaba volcado a un costado, envuelto en unas feroces llamas que iluminaban la oscuridad del bosque desconocido. Los árboles altos y tupidos eran iluminados por las llamas y sus sombras se extendían hacia el cielo.

El aire estaba lleno de humo por el incendio.

… ¿Qué diablos es esto?

Pero allí no terminaba la anomalía de la situación, sino que podía oír también unos gritos desgarradores de una joven. Benjamín se sorprendió por los gritos llenos de tristeza que parecían desgarrarle el corazón.

“¡Nii-san! ¡¡Nii-san está…!!”

Se escucharon los gritos.

Junto a los gritos, también se escuchaban sonidos de otras personas.

Parecía que había un grupo de personas en el lugar, pero de alguna forma, esas personas sonaban desesperadas y aterradas por alejarse del lugar.

“¿De que huyen?” Se preguntó Benjamín.

Intento levantarse del suelo, pero se sorprendió al darse cuenta que no sentía su cuerpo.

Una ardiente sensación subió por su garganta y…

¡Tos! ¡Tos!

Benjamín tosió sangre.

Sus ojos se abrieron al ver la cantidad de sangre que brotaba a borbotones desde el interior de su garganta.

Era una cantidad de sangre que nunca había visto.

¿Todo esto es mío?

El charco de sangre que se formó debajo de él reflejaba el brillo del incendio.

Siguiendo el charco de sangre, Benjamín subió su mirada y noto muchos bultos desperdigados por todo el lugar.

Esos bultos eran…

¡Q-qué…!!

¡Eran partes de cuerpos desperdigados por todos lados!

¡Santo cielos!

Los ojos de Benjamín se abrieron del horror.

Entre las partes de cuerpos masacrados y despedazados por todo el lugar, se percató de un cuerpo en particular que estaba bastante cerca de su lugar y que lucía diferente al resto.

Los cuerpos despedazados parecían vestir túnicas negras, pero el cuerpo que estaba delante de él, vestía una ropa antigua y típica del siglo anterior. Camisa con chaleco y unos pantalones con zapatos lustrados.

Y a diferencia del resto de los cadáveres despedazados que estaban en el lugar, este tipo estaba completo… o bueno, casi completo ya que al cuello de este tipo le faltaba la cabeza.

La cabeza de este tipo no estaba y la sangre frotaba como un manantial sangriento.

… ¿Eh? Espera un momento…

Las pupilas de Benjamín se achicaron al darse cuenta de algo aterrador.

Imposible.

No, no, no, ¡esto no puede ser!!

Acaso ese es… ¿mi cuerpo?

Luego de eso, todo rastro de vida en los ojos de Benjamín se opacó y su conciencia se sumergió en la oscuridad.


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