Capítulo 00 – Capítulo 00


Hace 20 años el continente se estremeció con el descubrimiento de unas antiguas ruinas que parecían datar de una época desconocida.

La noticia no tardo en provocar temblores en todos lados, decenas de magos deseosos de descubrir los misterios que se escondían en esas ruinas, se aventuraron dentro. Todos buscaban los tesoros increíbles que podían estar sepultados entre esa marea de ruinas polvorientas y lúgubres.

Y como algunos ya estimaban que sucedería, no paso mucho tiempo antes de que estallara una batalla campal dentro de las ruinas. Los magos y su codicia llevo a que se desatada una guerra total entre distintas facciones de magos que venían por lo mismo; los tesoros ocultos.

“¡Ni sueñes con robarme mis tesoros, bastardo! ¡Te asesinare!”

“¿¡Tus tesoros!? ¡Jajaja! ¿Desde cuándo son tuyos?”

La batalla que se desato entre los magos se cargó con una innumerable cantidad de vidas. Magos que eran ampliamente conocidos por todo el mundo, terminaron convirtiéndose en meros cadáveres sin vida en medio de esta lucha. La lucha dentro de las ruinas se extendió por casi un mes completo.

Ninguno de los magos estaba dispuesto a rendirse y marcharse por más peligroso que fuese el lugar. Nadie estaba dispuesto a marcharse, dejándole el camino libre a sus enemigos para que obtengan fácilmente los tesoros ocultos.

Y entre todos estos magos, había un viejo anciano de cabello gris y cuerpo escuálido que se arrastraba entre los escombros de las ruinas, buscando por el lugar.

“¡Hmm! ¿¡Qué diablos estas buscando, anciano!? ¿¡Acaso planeas robarme mi tesoro!?”

Para desgracia del anciano, un mago de alto grado que estaba sobrevolando la zona lo descubrió. El anciano intento rápidamente escabullirse, pero el alto mago hizo vibrar el aire, y de inmediato apareció delante del anciano como si se hubiese teletransportado.

“¡No, espera! ¡Yo solo…!”

El anciano intento defenderse, pero su poder ni siquiera era comparable al de un alto mago.

“¡Cierra la boca, y muere!”

Con un movimiento, el alto mago le arranco el brazo izquierdo y le dio una patada feroz que hizo que el anciano escupiera una marea de sangre mientras fue enviado a volar como un meteorito hasta estrellarse con una pared. Derrumbándola, y creando una explosión de polvo y tierra.

Tan solo basto una patada el alto mago, y el anciano estaba casi muerto.

Tosía sangre mientras intento arrastrarse.

“¿Todavía no mueres?”

El alto mago frunció el ceño con disgusto, tuvo la intensión de acabar con este ladron, pero sus sentidos de repente detectaron una perturbación en la distancia.

“¿¡Qué es eso!? ¡Esos malditos encontraron algo, tengo que apresurarme…!”

Creyendo que podria ser algun tesoro encontrado, el alto mago salto, haciendo vibrar el aire y despejo a toda velocidad hacia la distancia.

El anciano que vio al mago marcharse, dejo escapar un suspiro de alivio y al mismo tiempo apretó sus dientes ante el dolor de la extremosidad faltante.

“¡Maldición…! ¡Agh, mi brazo!”

El anciano lamentaba su terrible mala suerte. Termino topándose con un pez gordo, y ahora se había quedado sin un brazo. Sus heridas internas tambien eran graves. Terminaría muriendo si no se trataba pronto. Haciendo uso de su única mano, se arrastró e intento ponerse de pie, pero sus piernas fallaron y cayo nuevamente entre los escombros.

El dolor era estremecedor, su sangre no paraba de brotar y su cuerpo apenas podía permanecer consciente.

¿Moriré aquí?

Se preguntó el mago.

Justo cuando estaba por volver a intentar levantarse, notó algo debajo de él.

Entre las rocas, el polvo y los escombros, notó unas peculiares inscripciones en el suelo. El anciano tenía algo de conocimiento sobre las lenguas del continente, así que inmediatamente se sorprendió.

¡Estas son letras antiguas desconocidas!

El anciano inmediatamente retomo sus fuerzas, y comenzó a limpiar y correr a un lado las rocas y el polvo que estorbaban, para tener una mejor visión de lo que tenía enfrente. Una vez termino de correr a un lado los escombros, sus ojos se abrieron de par en par con lo que tenía enfrente.

No había duda alguna, ¡Era una formación mágica antigua!

“¡Oh, dios mío! ¡Encontré un tesoro!”

El anciano se puso inmediatamente a inspeccionar la formación mágica. Estaba nervioso y algo aterrado de que aquel alto mago pudiese volver pronto, o que se topara con otro pez grande y que le robaran este descubrimiento. ¡No podía perder el tiempo, tenía que descubrir cual era la función de esta formación mágico lo más pronto posible!

Para su suerte, no tardó mucho en descubrir la función de la formación mágica y como activarlo.

Siguió el procedimiento, y tras tocar en varios puntos especiales de la formación, un brillo comenzó a formarse a su alrededor. Una sensación de ingravidez rápidamente lo envolvio y al momento siguiente, su campo de visión habia sido remplazado de unas ruinas antiguas a una oscura habitacion.

Las paredes del lugar parecían estar hechas de un material oscuro que no podía identificar, y el suelo tenía otra tanda de inscripciones antiguas. El anciano intento leer lo que decía las inscripciones en el suelo, pero se sorprendió al descubrir que este lenguaje no era el mismo de la formación mágica. Tampoco se parecía a ningún lenguaje que haya visto. Era imposible entenderlo, así que volvió su atención a la habitación.

La habitación no era muy grande, y estaba repleta de polvo en todos lados.

El aire tambien se sentia muy comprimido.

Fácilmente el anciano podía decir que este lugar estaba totalmente sellado del mundo exterior y parecía que no había sido visitado en mucho tiempo. Quizás miles de años, tomando en cuenta la antigüedad de las ruinas descubiertas.

“¡Tiene que haber un tesoro en este lugar!” clamó el anciano: “¡Debo encontrarlo!”

El anciano comenzó a inspeccionar el lugar, pero se desilusiono al no encontrar nada. El lugar parecía vacío. Sin nada de interés a la vista.

“¿¡Qué diablos!? ¡Acaso casi muero y perdí un brazo por nada! ¡Mierda!”

El anciano apretó sus dientes con odio.

Pateo el suelo, y entonces…

*¡Tum!*

“¿¡Qué sucede!?”

Un violento temblor sacudió todo el lugar.

El anciano casi tropieza debido a la repentina sacudida. Alzo la mirada hacia el techo, y cuando el temblor volvió a sacudir el lugar, polvo y pedazos de rocas se desprendieron del techo. El anciano podía sentir claramente que algo estaba golpeando desde arriba.

¡Esos tipos descubrieron este lugar!

Si las suposiciones del anciano no se equivocaban, esta habitación debería estar debajo de las ruinas antiguas. Esos temblores eran claros golpes de alguien intentando romper el suelo para ingresar. Y los únicos que estaban inundando todas las ruinas, eran los magos.

Por el temblor provocado por esos golpes, era claro que quien estaba intentando romper el suelo era otro pez gordo.

El anciano palideció ante esto.

Tuvo la intención de escapar de inmediato por donde ingreso. Pero justo antes de activar la formación que lo regresaría a la superficie, se percato que detrás de un pedazo de roca que, con el temblor, se había desprendido, habia un extraño agujero a la vista.

Claramente el agujero era mucho más profundo que la misma roca que se había desprendido, así que llamo la atención del anciano. El anciano se acercó y lanzo un hechizo de iluminación.

Para su asombro, descubrio que detrás del agujero había un pequeño libro de tapa negra.

“Esto es… ¡Un grimorio! ¡Oh, dios, acabo de descubrir un grimorio antiguo!”

El anciano tembló de la fervora emoción.

*¡Pum!*

El golpe de arriba volvió a sacudir las paredes, el polvo y tierra cayó al suelo.

Estaba claro que este lugar no soportaría por más tiempo, así que el anciano no dudo en introducir su mano dentro del agujero, sacar el grimorio y huir.

Activo la formación mágica de regreso.

Al momento siguiente, volvió a la superficie en donde había estado. Suspiro aliviado al ver que no había nadie en los alrededores. Oculto el grimorio debajo de su ropa, y huyo de las ruinas antiguas.

 

**

El anciano para escapar, tuvo que atravesar varios campos de batallas sangrientos que estaban llevándose a cabo por todos los alrededores de la antigua ruina. Fue golpeado por uno que otro hechizo, tosiendo sangre y tambaleándose a punto de caer. Pero logro escapar.

Tres meses después.

El anciano estaba caminando bajo una intensa nevada fría. Llego hasta una peculiar montaña cubierta de nieve, en donde se adentró hasta encontrar un peculiar hueco de pocos metros que parecia introducirse hacia abajo.

“¡Ábrete!”

El anciano hizo un par de hechizos de desbloqueo con sus manos, y desde el agujero de pocos metros de profundidad, comenzó a abrirse una brecha entre las rocas. Al segundo siguiente, unas escaleras que bajaban quedaron a las descubiertas.

El anciano bajo por las escaleras y llego hasta una guarida personal donde había estantes con libros, maquinaria, materiales para alquimia, y todo lo necesario para pasar un largo periodo de tiempo aislado del mundo externo.

Tiro el grimorio sobre la mesa, y se sentó.

Los ojos del anciano brillaban con emoción y entusiasmo mientras miraba el grimorio.

¡Bien, ahora veamos! ¡Que secretos descubriré de este grimorio!

¡Quizás con este grimorio en mis manos, logre finalmente romper el nivel en el que me he quedado estancado durante años!

 

**

El tiempo transcurrió.

La nieve de la región comenzó a derretirse, las hojas y flores crecieron de los árboles, para luego volver a marchitarse y caer. Nuevamente la región fue cubierta de nieve fría y blanca. El siglo entre descongelamiento, verano, otoño, y frio se repitió una y otra vez.

Cuando el anciano volvió a salir de su guarida, 20 años habían pasado.

El anciano tenía su cabello sucio y revoltoso, su cuerpo estaba más delgado y sus ojos estaban enmarcados por unas terribles ojeras grisese lugubres que lo hacían lucir como un zombi andante. El estado del anciano sin duda lucia terrible, similar al estado que tendria alguien que que no ha podido conseguir el sueño por un largo tiempo.

Agregado a su aspecto lúgubre y deprimente, los ojos del anciano ya no mostraban el brillo entusiasta y emocionado que tenía anteriormente, sino que fue remplazado por un color tenue que parecía reflejar la desesperación, perdida y enojo.

Sus cejas estaban fruncidas, y sus dientes se apretaban.

“¿¡Por qué…!?”

El anciano escupió esas palabras como si lo hubiera tenido guardado dentro de su garganta durante un largo tiempo.

“¿¡¡Por qué diablos no puedo descubrir nada de este maldito grimorio!!?”

Su feroz grito fue tan fuerte, que resonó e hizo eco entre las montañas congeladas de la región.

 

**

El anciano paso 20 años encerrado, investigando el misterioso grimorio que había obtenido en aquellas ruinas. Todos los días, paso sentado frente a su escritorio con el grimorio en manos. Revisándolo e investigándolo. Para su sorpresa, la primera vez que abrió el grimorio se topó con que las hojas estaban en blanco. Sin inscripción alguna. Eran unas simples hojas en blanco, y tampoco había título ni nada en la tapa del grimorio. Esto hiso que el anciano se sintiera perdido.

Normalmente los grimorios tenían rastro de maná que lo identificaban como grimorios de magos.

Pero este grimorio no desprendí ni una pisca de maná.

Era como si fuera un simple libro vacío de tapa negra.

El anciano investigo el grimorio, pero se frustro y se enfadó al no tener resultados. Mirase por donde mirase, el grimorio parecía un simple libro. ¿¡Qué diablos!? ¿¡Acaso perdí un brazo por un simple libro vacío!?

El anciano negaba esta posible realidad.

Y un día de furia y enojo, el anciano descubrió que no estaba equivocado. En su enfado, el anciano termino rompiendo el grimorio en pedazos con un fuerte aventón. El grimorio partido en pedazos, cayó al suelo. Pero al momento siguiente, los ojos del anciano se abrieron en shock al ver como las partes separaras del grimorio parecían cobrar vida mientras se arrastraban por el suelo para unirse entre ellas y restaurar el grimorio a su estado anterior, sin rasguño alguno.

“¿Qué diablos fue eso?”

Se preguntó el anciano.

El conocía una gran variedad de magia existente, pero ninguna se parecía a lo que había visto.

O, mejor dicho, ¡era imposible lo que había visto!

“¿¡Cómo hiso eso!? ¿¡Por qué no sentí maná alguno cuando ese grimorio se restauró solo!?”

Así es, el anciano no sintió nada de maná.

El maná era la energía esencial para cualquier tipo de hechizo o magia. Sin el maná, era imposible la existencia de la magia misma y de los magos. Se podría decir que el maná conformaba la existencia de la magia misma, sin ello, la magia era imposible de existir.

Pero ahora mismo… había visto algo mágico creado sin maná.

¿Qué era eso?

El anciano todavía no salía de su shock.

¡Este era un descubrimiento que podía sacudir el mundo! ¡Algo capaz de crear magia sin necesidad de recurrir al maná del mundo! ¿Qué podría ser eso? ¿Acaso es un nuevo tipo de energía que jamás se había visto?

El anciano no podía saber la respuesta, pero estaba deseoso de descubrirlo.

Retomo su investigación, pero aparte de romper y dejar que el grimorio se auto repare, no tenía forma de investigar esa nueva energía. No tenía forma, simple y llanamente porque no podía detectarla. Del mismo modo que los no-magos no pueden detectar el maná en el ambiente, el anciano se sentía frustrado al no tener forma de detectar esta nueva energía.

¡Maldición! ¡Maldición! ¡Maldición!

Si no podía detectar esta nueva energía, entonces el grimorio era totalmente inútil para el anciano.

¡¿De qué mierda me sirve un grimorio antiguo con una nueva energía, si no sé cómo caragos utilizarlo!?

Tras 20 años de investigar el grimorio, el anciano se había quedado sin ideas.

Se sentía frustrado y derrotado.

Salió de su guarida para tomar un poco de aire fresco.

Miro a las estrellas en el cielo nocturno, y una pequeña idea surgió en su cabeza.

“Espera… Quizás yo no pueda descubrí como utilizar este grimorio, pero nada me asegura que otros también fracasen.”

Los ojos del anciano recuperaron su brillo.

Pero al mismo tiempo tuvo sus dudas sobre esto, ya que de seguir adelante podría terminar exponiéndose a un gran peligro.

Aunque tampoco tenía otras opciones.

“¡Mierda, no queda de otra! ¡Probare con esto!”

 

*

El anciano se embarcó en un largo viaje, recorriendo por varias ciudades del continente. Busco a los investigadore mágicos más destacados, y le entrego el grimorio. Esperaba que estos investigadores lograran descubrir la forma de utilizar este grimorio, pero todos esos investigadores se toparon con su mismo problema.

No tenían forma de detectar y controlar esa nueva energía.

Aunque el descubrimiento de esa nueva energía ya por sí dejo asombrado a los investigadores mágicos.

“¿¡Señor, podría decirme donde obtuvo este grimorio!?”

Los investigadores estaban muy interesados en el origen del grimorio, pero cada vez que estos investigadores mostraban un comportamiento fuera de lugar, el anciano tomaba el grimorio y se marchaba de la ciudad para dirigirse a otra ciudad antes de meterse en más problemas.

Al cabo de un par de meses, el anciano no pudo evitar lamentarse por la estúpida idea que tuvo.

El rumor de que tenía en su posesión un grimorio antiguo y muy poderoso se había comenzado a esparcir por las ciudades en las que había estado.

¡Pues claro! ¿Qué diablos esperabas?

Inmediatamente el anciano trato de regresarse a su guarida lo antes posible, pero la situación ya estaba salida de control. En su camino, un par de magos lo emboscaron. Venían por el grimorio que traía consigo. Por suerte, este grupo de magos eran débiles y el anciano pudo lidiar fácilmente con ellos.

Pero luego llego otro grupo de magos, lidio con esos también, pero llego otro, y otro, y otro.

Para cuando se percató, ya estaba siendo perseguido por una marea de magos codiciosos que buscaban hacerse con el grimorio.

En su huida, incluso pudo reconocer entre la marea de magos a varios que había visto en aquellas ruinas.

El anciano quería llorar por estúpidamente haberse metido en este lio.

Paso huyendo con todas sus fuerzas durante semanas.

La persecución se había vuelto caótica, y en medio de su huida por las ciudades, una noticia lo dejo paralizado. Sus pasos se detuvieron en un viejo callejón, y su rostro palideció.

La noticia involucraba a un par de amigos muy queridos que tenía en este mundo.

Sus perseguidores aparentemente no solo lo habían rastreado a él, sino que de alguna forma la información de sus amigos también había sido rastreada. El anciano tembló cuando escucho esto. Sus amigos que se encontraban en otras ciudades, viviendo sus vidas tranquilas cuando llegaron los magos para emboscarlos. Tenían la intención de utilizar a sus amigos como amenaza para que él entregara el grimorio. Pero sus amigos se resistieron, y la marea de magos que lo perseguía los termino matando.

Una noticia que género en el anciano una explosión de ira.

¡Todo es tu maldita culpa! ¡Si no fuese por ti, entonces…!

El anciano apretó con todas sus fuerzas el grimorio en sus manos, quería despedazarlo, romperlo en mil pedazos. Pero sabía que por más que lo rompiera, el grimorio volvería a recuperar su forma. Era indestructible, y eso lo había comprobado durante su investigación del mismo.

Totalmente impotente, el anciano derramo lágrimas de sangre desde sus ojos.

Lloro al no poder destruir la fuente de todas sus desgracias; el grimorio.

Pero al mismo tiempo se negaba a entregar el grimorio a esos malditos magos que se cargaron a sus amigos.

El anciano tomo la decisión de que buscaría la forma de vengarse de esos magos.

Volvió a huir.

Corrió y huyo de la marea de magos que lo perseguían.

En su camino, mato y masacro a cuantos perseguidores pudo.

Al final de la persecución, termino llegando a uno de los lugares más mortíferos de todo el continente.

Conocido como la Boca del Diablo, se trataba de un gigantesco acantilado que tenía una profundidad desconocida. Era un abismo en su totalidad. Ningún mago, sin importar cuan fuerte fuesen, había logrado regresar una vez cayeran al abismo de este acantilado.

Muchos también llamaban a este lugar como el cementerio del diablo. O de la parca.

Durante los innumerables años desde que este lugar había existido, la cantidad de vidas que este abismo se había tragado era incontables. La cantidad de magos que jamás regresaron era incalculable. Reyes, monarcas, magos que podían sacudir todo el continente, sin distinción alguna, todos aquellos que cayeron en este abismo, no regresaron.

Tras toda esta persecución, termino llegando a este lugar.

Se detuvo justo en el borde, y volteó su mirada hacia la multitud.

Una multitud de magos lo rodeaban con ojos llenos de inquietud y nervios.

Algunos pensarán que estos magos estaban preocupados por su seguridad, pero nada más lejos de la verdad. Estos malditos no lo miraban a él, sino que miraban al grimorio en sus manos. Sus miradas no se habían despegados del grimorio, y temían que el anciano pudiera hacer alguna locura.

—Quieres esto, ¿verdad? —preguntó el anciano mientras levanto el grimorio que sostenía. Los ojos de la multitud parecían moverse con el movimiento del grimorio en su mano. Una sonrisa se alzó en los labios del anciano al ver esto.

Si pudiera, él mataría a todos estos bastardos sin dejar ninguno con vida. Los decapitaría, descuartizaría y daría sus partes de comer a los perros para vengar la muerte de sus amigos. Pero sabía que eso era imposible. Era imposible para él solo enfrentarse a tantos magos, sin olvidar que entre esta multitud de magos había muchos que incluso le superaban en nivel de magia.

—¡Odín, ya estas arrinconado! ¡No sigas huyendo y entrega el grimorio que sacaste de aquellas ruinas! ¡Si lo entregas, podemos prometerte que te perdonaremos la vida! —un mago dio un paso al frente, destacándose para lanzar aquellas palabras.

El anciano se sorprendió al ver quien era ese mago.

¡Tú, hijo de puta…!

Este mago era el alto mago que le había arrancado el brazo aquella vez en las ruinas. Y no solo conforme con eso, lo dejo medio muerto y ahora tenía el descaro de venir a decirle estas cosas. La sed de sangre en los ojos del anciano ardía con el deseo asesino.

Quería matar a este bastardo.

Pero supo contenerse, notó una sonrisa burlona en el rostro de este alto mago que parecía estar instándolo a enojarse y atacarlo. Pero el anciano sabía que atacarlo era simplemente lanzarse a la boca del lobo. Este alto mago era mucho más fuerte que él, no podía vencerlo.

—… se a que estas jugando. —dijo el anciano. —estas intentando enojarme para que te ataque y de ese modo, puedas arrebatarme el grimorio, ¿cierto?

La sonrisa burlona en el mago se desvaneció, remplazado por una mirada fría y afilada.

El anciano sonrió y dio un par de pasos atrás, teniendo un pie dentro y fuera del borde. Esta simple acción, hiso que todos los magos temblaran, y los ojos del alto mago cambiaron de esa mirada fría y afilada, a una mirada de ansiedad y nervios.

—Jajajajajaja

El anciano se hecho a reír con fuerza.

—Quieres esto, ¿verdad? —hiso la misma pregunta de nuevo, alzando el grimorio en alto para que toda la multitud de magos pudiera verlo bien claro. Lo sacudió enfrente de ellos con burla.

—¡Espera, no intentes hacer una locura! ¡Podemos discutirlo…! —un mago que tenía una túnica brillante y parecía ser otro pez gordo, salto adelante para intentar calmar la situación.

Le siguieron de inmediatos otros magos.

—¡No! ¡Espera un segundo! Piénsalo, ¿realmente vale la pena morir en este lugar por un grimorio que no sabes cómo utilizarlo? ¡Entrégamelo, y prometo protegerte de todas de todos los presentes!

—¡Cierto, no vale tirar tu vida! ¡Y no tiene que entregar el grimorio especialmente a alguien de nosotros, solo debes aventarlo a la muchedumbre! ¡Solo eso!

Varios magos saltaron adelante para intentar persuadirlo.

Todos parecían ser peces gordos.

Pero lejos de convencerlo, provocaron que la locura en los ojos del anciano se profundizada mientras su sonrisa de amplio en sus labios. La vista ridícula de esos magos rogándole le hacía sentir increíblemente satisfactorio.

¡Esos bastardos me han estado cazando durante semanas, pero ahora me están rogando para que no haga locuras! ¡Jajajaja!

El anciano se rio de nuevo.

Luego miro de un lado al otro, viendo a toda la muchedumbre observando cada una de sus acciones. Su mirada se detuvo en el alto mago que le había arrancado el brazo, y con una sonrisa, mostro el grimorio delante de sus ojos y le preguntó: —¿Quieres escuchar algo interesante?

El alto mago frunció el ceño.

—¿Qué cosa? —respondió el alto mago

—En este grimorio antiguo se encuentra algo que todos ustedes han estado buscando con desesperación durante los últimos milenios. En este grimorio se encuentra la fórmula que ustedes siempre han buscado.

Con esas solas palabras, el anciano provoco que la multitud reaccione con gritos de shock

—¿¡¡Qué!!?

Los altos magos o peces gordos presentes, tampoco fueron la excepción. Sus ojos se abrieron de par en par, y no pudieron evitar estremecerse ante lo mencionado.

Un alto mago con los brazos temblorosos, señalo al grimorio y preguntó.

—Acaso… acaso te refieres a… ¡No! ¡Eso es imposible! ¡Estas mintiendo!

—Jajajaja, no, no estoy mintiendo. ¡Aunque dependerá de ustedes si decidir creer o no mis palabras! —El anciano se burló y alzo más alto el grimorio y grito con todas sus fuerzas.

—¡En este grimorio se encuentra la fórmula para superar el nivel más alto conocido en este continente, y ascender hacia los cielos! ¡La fórmula para ascender a la inmortalidad!

Todos estaban en shock.

Temblaban de emoción, y sus ojos parecían brillar con la codicia extrema y el deseo.

Varios de los altos magos en el lugar apretaron sus dientes, y se decidieron. Sin importar si fuese verdad o no las palabras dichas por el anciano, ¡no podían arriesgarse a perder esta oportunidad! ¡Tenían que obtener el grimorio a como dé lugar, incluso si eso significara bañar de sangre toda la montaña!

El anciano sonrió al ver las miradas codiciosas de los magos.

Esto era lo que más quería ver.

¡Si, si, eso es! ¡Emociónense! ¡Emociónense más!

Ahora

¡Les hare sufrir!

El anciano bajo el libro y lo coloco junto a la zona de su corazón.

Su sonrisa desapareció y con una voz helada y llena de frialdad, dijo a la multitud.

—¡Lastima! ¡Jamás podrán obtener este grimorio y jamás sabrán la fórmula para alcanzar la inmortalidad!

—¡¡No, detente!!

Dejando esas palabras como si fuese una maldición desde lo más profundo de su corazón, el anciano saltó del acantilado.

Los altos magos se movieron con una increíble velocidad para intentar atraparlo.

Pero no lo lograron.

El cuerpo del anciano cayo al vacío.

Sintió como el viento aullaba al pasar por sus oídos.

¡Jamás tendrán este grimorio, me lo llevare conmigo a la muerte!

De este modo, el anciano cerro sus ojos y se hundió en la profunda e interminable oscuridad del abismo.…

 

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