Capítulo 00 – Capítulo 00
Hace 20 años
el continente se estremeció con el descubrimiento de unas antiguas ruinas que parecían
datar de una época desconocida.
La noticia
no tardo en provocar temblores en todos lados, decenas de magos deseosos de
descubrir los misterios que se escondían en esas ruinas, se aventuraron dentro.
Todos buscaban los tesoros increíbles que podían estar sepultados entre esa
marea de ruinas polvorientas y lúgubres.
Y como
algunos ya estimaban que sucedería, no paso mucho tiempo antes de que estallara
una batalla campal dentro de las ruinas. Los magos y su codicia llevo a que se
desatada una guerra total entre distintas facciones de magos que venían por lo
mismo; los tesoros ocultos.
“¡Ni
sueñes con robarme mis tesoros, bastardo! ¡Te asesinare!”
“¿¡Tus
tesoros!? ¡Jajaja! ¿Desde cuándo son tuyos?”
La batalla
que se desato entre los magos se cargó con una innumerable cantidad de vidas.
Magos que eran ampliamente conocidos por todo el mundo, terminaron convirtiéndose
en meros cadáveres sin vida en medio de esta lucha. La lucha dentro de las
ruinas se extendió por casi un mes completo.
Ninguno de
los magos estaba dispuesto a rendirse y marcharse por más peligroso que fuese
el lugar. Nadie estaba dispuesto a marcharse, dejándole el camino libre a sus
enemigos para que obtengan fácilmente los tesoros ocultos.
Y entre
todos estos magos, había un viejo anciano de cabello gris y cuerpo escuálido
que se arrastraba entre los escombros de las ruinas, buscando por el lugar.
“¡Hmm! ¿¡Qué
diablos estas buscando, anciano!? ¿¡Acaso planeas robarme mi tesoro!?”
Para
desgracia del anciano, un mago de alto grado que estaba sobrevolando la zona lo
descubrió. El anciano intento rápidamente escabullirse, pero el alto mago hizo vibrar
el aire, y de inmediato apareció delante del anciano como si se hubiese
teletransportado.
“¡No,
espera! ¡Yo solo…!”
El anciano
intento defenderse, pero su poder ni siquiera era comparable al de un alto
mago.
“¡Cierra
la boca, y muere!”
Con un
movimiento, el alto mago le arranco el brazo izquierdo y le dio una patada
feroz que hizo que el anciano escupiera una marea de sangre mientras fue
enviado a volar como un meteorito hasta estrellarse con una pared. Derrumbándola,
y creando una explosión de polvo y tierra.
Tan solo
basto una patada el alto mago, y el anciano estaba casi muerto.
Tosía sangre
mientras intento arrastrarse.
“¿Todavía
no mueres?”
El alto mago
frunció el ceño con disgusto, tuvo la intensión de acabar con este ladron, pero
sus sentidos de repente detectaron una perturbación en la distancia.
“¿¡Qué es
eso!? ¡Esos malditos encontraron algo, tengo que apresurarme…!”
Creyendo que
podria ser algun tesoro encontrado, el alto mago salto, haciendo vibrar el aire
y despejo a toda velocidad hacia la distancia.
El anciano
que vio al mago marcharse, dejo escapar un suspiro de alivio y al mismo tiempo apretó
sus dientes ante el dolor de la extremosidad faltante.
“¡Maldición…!
¡Agh, mi brazo!”
El anciano
lamentaba su terrible mala suerte. Termino topándose con un pez gordo, y ahora
se había quedado sin un brazo. Sus heridas internas tambien eran graves. Terminaría
muriendo si no se trataba pronto. Haciendo uso de su única mano, se arrastró e
intento ponerse de pie, pero sus piernas fallaron y cayo nuevamente entre los
escombros.
El dolor era
estremecedor, su sangre no paraba de brotar y su cuerpo apenas podía permanecer
consciente.
¿Moriré
aquí?
Se preguntó
el mago.
Justo cuando
estaba por volver a intentar levantarse, notó algo debajo de él.
Entre las
rocas, el polvo y los escombros, notó unas peculiares inscripciones en el
suelo. El anciano tenía algo de conocimiento sobre las lenguas del continente,
así que inmediatamente se sorprendió.
¡Estas
son letras antiguas desconocidas!
El anciano inmediatamente
retomo sus fuerzas, y comenzó a limpiar y correr a un lado las rocas y el polvo
que estorbaban, para tener una mejor visión de lo que tenía enfrente. Una vez
termino de correr a un lado los escombros, sus ojos se abrieron de par en par con
lo que tenía enfrente.
No había
duda alguna, ¡Era una formación mágica antigua!
“¡Oh,
dios mío! ¡Encontré un tesoro!”
El anciano
se puso inmediatamente a inspeccionar la formación mágica. Estaba nervioso y
algo aterrado de que aquel alto mago pudiese volver pronto, o que se topara con
otro pez grande y que le robaran este descubrimiento. ¡No podía perder el
tiempo, tenía que descubrir cual era la función de esta formación mágico lo más
pronto posible!
Para su
suerte, no tardó mucho en descubrir la función de la formación mágica y como
activarlo.
Siguió el procedimiento,
y tras tocar en varios puntos especiales de la formación, un brillo comenzó a
formarse a su alrededor. Una sensación de ingravidez rápidamente lo envolvio y
al momento siguiente, su campo de visión habia sido remplazado de unas ruinas
antiguas a una oscura habitacion.
Las paredes del
lugar parecían estar hechas de un material oscuro que no podía identificar, y
el suelo tenía otra tanda de inscripciones antiguas. El anciano intento leer lo
que decía las inscripciones en el suelo, pero se sorprendió al descubrir que
este lenguaje no era el mismo de la formación mágica. Tampoco se parecía a ningún
lenguaje que haya visto. Era imposible entenderlo, así que volvió su atención a
la habitación.
La habitación
no era muy grande, y estaba repleta de polvo en todos lados.
El aire
tambien se sentia muy comprimido.
Fácilmente
el anciano podía decir que este lugar estaba totalmente sellado del mundo
exterior y parecía que no había sido visitado en mucho tiempo. Quizás miles de
años, tomando en cuenta la antigüedad de las ruinas descubiertas.
“¡Tiene
que haber un tesoro en este lugar!” clamó el anciano: “¡Debo encontrarlo!”
El anciano comenzó
a inspeccionar el lugar, pero se desilusiono al no encontrar nada. El lugar parecía
vacío. Sin nada de interés a la vista.
“¿¡Qué
diablos!? ¡Acaso casi muero y perdí un brazo por nada! ¡Mierda!”
El anciano apretó
sus dientes con odio.
Pateo el
suelo, y entonces…
*¡Tum!*
“¿¡Qué
sucede!?”
Un violento
temblor sacudió todo el lugar.
El anciano casi
tropieza debido a la repentina sacudida. Alzo la mirada hacia el techo, y cuando
el temblor volvió a sacudir el lugar, polvo y pedazos de rocas se desprendieron
del techo. El anciano podía sentir claramente que algo estaba golpeando desde
arriba.
¡Esos
tipos descubrieron este lugar!
Si las
suposiciones del anciano no se equivocaban, esta habitación debería estar debajo
de las ruinas antiguas. Esos temblores eran claros golpes de alguien intentando
romper el suelo para ingresar. Y los únicos que estaban inundando todas las
ruinas, eran los magos.
Por el
temblor provocado por esos golpes, era claro que quien estaba intentando romper
el suelo era otro pez gordo.
El anciano palideció
ante esto.
Tuvo la intención
de escapar de inmediato por donde ingreso. Pero justo antes de activar la formación
que lo regresaría a la superficie, se percato que detrás de un pedazo de roca que,
con el temblor, se había desprendido, habia un extraño agujero a la vista.
Claramente
el agujero era mucho más profundo que la misma roca que se había desprendido,
así que llamo la atención del anciano. El anciano se acercó y lanzo un hechizo
de iluminación.
Para su
asombro, descubrio que detrás del agujero había un pequeño libro de tapa negra.
“Esto es…
¡Un grimorio! ¡Oh, dios, acabo de descubrir un grimorio antiguo!”
El anciano tembló
de la fervora emoción.
*¡Pum!*
El golpe de
arriba volvió a sacudir las paredes, el polvo y tierra cayó al suelo.
Estaba claro
que este lugar no soportaría por más tiempo, así que el anciano no dudo en
introducir su mano dentro del agujero, sacar el grimorio y huir.
Activo la formación
mágica de regreso.
Al momento siguiente,
volvió a la superficie en donde había estado. Suspiro aliviado al ver que no había
nadie en los alrededores. Oculto el grimorio debajo de su ropa, y huyo de las
ruinas antiguas.
**
El anciano
para escapar, tuvo que atravesar varios campos de batallas sangrientos que
estaban llevándose a cabo por todos los alrededores de la antigua ruina. Fue
golpeado por uno que otro hechizo, tosiendo sangre y tambaleándose a punto de
caer. Pero logro escapar.
Tres meses después.
El anciano
estaba caminando bajo una intensa nevada fría. Llego hasta una peculiar montaña
cubierta de nieve, en donde se adentró hasta encontrar un peculiar hueco de
pocos metros que parecia introducirse hacia abajo.
“¡Ábrete!”
El anciano
hizo un par de hechizos de desbloqueo con sus manos, y desde el agujero de
pocos metros de profundidad, comenzó a abrirse una brecha entre las rocas. Al
segundo siguiente, unas escaleras que bajaban quedaron a las descubiertas.
El anciano
bajo por las escaleras y llego hasta una guarida personal donde había estantes
con libros, maquinaria, materiales para alquimia, y todo lo necesario para
pasar un largo periodo de tiempo aislado del mundo externo.
Tiro el
grimorio sobre la mesa, y se sentó.
Los ojos del
anciano brillaban con emoción y entusiasmo mientras miraba el grimorio.
¡Bien,
ahora veamos! ¡Que secretos descubriré de este grimorio!
¡Quizás
con este grimorio en mis manos, logre finalmente romper el nivel en el que me
he quedado estancado durante años!
**
El tiempo transcurrió.
La nieve de
la región comenzó a derretirse, las hojas y flores crecieron de los árboles,
para luego volver a marchitarse y caer. Nuevamente la región fue cubierta de
nieve fría y blanca. El siglo entre descongelamiento, verano, otoño, y frio se repitió
una y otra vez.
Cuando el
anciano volvió a salir de su guarida, 20 años habían pasado.
El anciano tenía
su cabello sucio y revoltoso, su cuerpo estaba más delgado y sus ojos estaban
enmarcados por unas terribles ojeras grisese lugubres que lo hacían lucir como
un zombi andante. El estado del anciano sin duda lucia terrible, similar al
estado que tendria alguien que que no ha podido conseguir el sueño por un largo
tiempo.
Agregado a
su aspecto lúgubre y deprimente, los ojos del anciano ya no mostraban el brillo
entusiasta y emocionado que tenía anteriormente, sino que fue remplazado por un
color tenue que parecía reflejar la desesperación, perdida y enojo.
Sus cejas
estaban fruncidas, y sus dientes se apretaban.
“¿¡Por
qué…!?”
El anciano escupió
esas palabras como si lo hubiera tenido guardado dentro de su garganta durante
un largo tiempo.
“¿¡¡Por
qué diablos no puedo descubrir nada de este maldito grimorio!!?”
Su feroz
grito fue tan fuerte, que resonó e hizo eco entre las montañas congeladas de la
región.
**
El anciano
paso 20 años encerrado, investigando el misterioso grimorio que había obtenido
en aquellas ruinas. Todos los días, paso sentado frente a su escritorio con el
grimorio en manos. Revisándolo e investigándolo. Para su sorpresa, la primera
vez que abrió el grimorio se topó con que las hojas estaban en blanco. Sin inscripción
alguna. Eran unas simples hojas en blanco, y tampoco había título ni nada en la
tapa del grimorio. Esto hiso que el anciano se sintiera perdido.
Normalmente
los grimorios tenían rastro de maná que lo identificaban como grimorios de
magos.
Pero este
grimorio no desprendí ni una pisca de maná.
Era como si
fuera un simple libro vacío de tapa negra.
El anciano
investigo el grimorio, pero se frustro y se enfadó al no tener resultados.
Mirase por donde mirase, el grimorio parecía un simple libro. ¿¡Qué
diablos!? ¿¡Acaso perdí un brazo por un simple libro vacío!?
El anciano
negaba esta posible realidad.
Y un día de
furia y enojo, el anciano descubrió que no estaba equivocado. En su enfado, el
anciano termino rompiendo el grimorio en pedazos con un fuerte aventón. El grimorio
partido en pedazos, cayó al suelo. Pero al momento siguiente, los ojos del
anciano se abrieron en shock al ver como las partes separaras del grimorio parecían
cobrar vida mientras se arrastraban por el suelo para unirse entre ellas y
restaurar el grimorio a su estado anterior, sin rasguño alguno.
“¿Qué diablos
fue eso?”
Se preguntó
el anciano.
El conocía
una gran variedad de magia existente, pero ninguna se parecía a lo que había
visto.
O, mejor
dicho, ¡era imposible lo que había visto!
“¿¡Cómo
hiso eso!? ¿¡Por qué no sentí maná alguno cuando ese grimorio se restauró
solo!?”
Así es, el
anciano no sintió nada de maná.
El maná era
la energía esencial para cualquier tipo de hechizo o magia. Sin el maná, era
imposible la existencia de la magia misma y de los magos. Se podría decir que
el maná conformaba la existencia de la magia misma, sin ello, la magia era
imposible de existir.
Pero ahora
mismo… había visto algo mágico creado sin maná.
¿Qué era
eso?
El anciano todavía
no salía de su shock.
¡Este era
un descubrimiento que podía sacudir el mundo! ¡Algo capaz de crear magia sin
necesidad de recurrir al maná del mundo! ¿Qué podría ser eso? ¿Acaso es un
nuevo tipo de energía que jamás se había visto?
El anciano
no podía saber la respuesta, pero estaba deseoso de descubrirlo.
Retomo su investigación,
pero aparte de romper y dejar que el grimorio se auto repare, no tenía forma de
investigar esa nueva energía. No tenía forma, simple y llanamente porque no podía
detectarla. Del mismo modo que los no-magos no pueden detectar el maná en el
ambiente, el anciano se sentía frustrado al no tener forma de detectar esta
nueva energía.
¡Maldición!
¡Maldición! ¡Maldición!
Si no podía
detectar esta nueva energía, entonces el grimorio era totalmente inútil para el
anciano.
¡¿De qué
mierda me sirve un grimorio antiguo con una nueva energía, si no sé cómo
caragos utilizarlo!?
Tras 20 años
de investigar el grimorio, el anciano se había quedado sin ideas.
Se sentía frustrado
y derrotado.
Salió de su
guarida para tomar un poco de aire fresco.
Miro a las
estrellas en el cielo nocturno, y una pequeña idea surgió en su cabeza.
“Espera… Quizás
yo no pueda descubrí como utilizar este grimorio, pero nada me asegura que
otros también fracasen.”
Los ojos del
anciano recuperaron su brillo.
Pero al
mismo tiempo tuvo sus dudas sobre esto, ya que de seguir adelante podría
terminar exponiéndose a un gran peligro.
Aunque
tampoco tenía otras opciones.
“¡Mierda,
no queda de otra! ¡Probare con esto!”
*
El anciano
se embarcó en un largo viaje, recorriendo por varias ciudades del continente.
Busco a los investigadore mágicos más destacados, y le entrego el grimorio.
Esperaba que estos investigadores lograran descubrir la forma de utilizar este
grimorio, pero todos esos investigadores se toparon con su mismo problema.
No tenían
forma de detectar y controlar esa nueva energía.
Aunque el
descubrimiento de esa nueva energía ya por sí dejo asombrado a los
investigadores mágicos.
“¿¡Señor,
podría decirme donde obtuvo este grimorio!?”
Los
investigadores estaban muy interesados en el origen del grimorio, pero cada vez
que estos investigadores mostraban un comportamiento fuera de lugar, el anciano
tomaba el grimorio y se marchaba de la ciudad para dirigirse a otra ciudad
antes de meterse en más problemas.
Al cabo de
un par de meses, el anciano no pudo evitar lamentarse por la estúpida idea que
tuvo.
El rumor de que
tenía en su posesión un grimorio antiguo y muy poderoso se había comenzado a
esparcir por las ciudades en las que había estado.
¡Pues
claro! ¿Qué diablos esperabas?
Inmediatamente
el anciano trato de regresarse a su guarida lo antes posible, pero la situación
ya estaba salida de control. En su camino, un par de magos lo emboscaron. Venían
por el grimorio que traía consigo. Por suerte, este grupo de magos eran débiles
y el anciano pudo lidiar fácilmente con ellos.
Pero luego
llego otro grupo de magos, lidio con esos también, pero llego otro, y otro, y
otro.
Para cuando
se percató, ya estaba siendo perseguido por una marea de magos codiciosos que
buscaban hacerse con el grimorio.
En su huida,
incluso pudo reconocer entre la marea de magos a varios que había visto en
aquellas ruinas.
El anciano quería
llorar por estúpidamente haberse metido en este lio.
Paso huyendo
con todas sus fuerzas durante semanas.
La persecución
se había vuelto caótica, y en medio de su huida por las ciudades, una noticia
lo dejo paralizado. Sus pasos se detuvieron en un viejo callejón, y su rostro palideció.
La noticia
involucraba a un par de amigos muy queridos que tenía en este mundo.
Sus perseguidores
aparentemente no solo lo habían rastreado a él, sino que de alguna forma la información
de sus amigos también había sido rastreada. El anciano tembló cuando escucho
esto. Sus amigos que se encontraban en otras ciudades, viviendo sus vidas
tranquilas cuando llegaron los magos para emboscarlos. Tenían la intención de
utilizar a sus amigos como amenaza para que él entregara el grimorio. Pero sus
amigos se resistieron, y la marea de magos que lo perseguía los termino
matando.
Una noticia
que género en el anciano una explosión de ira.
¡Todo es
tu maldita culpa! ¡Si no fuese por ti, entonces…!
El anciano apretó
con todas sus fuerzas el grimorio en sus manos, quería despedazarlo, romperlo
en mil pedazos. Pero sabía que por más que lo rompiera, el grimorio volvería a
recuperar su forma. Era indestructible, y eso lo había comprobado durante su investigación
del mismo.
Totalmente
impotente, el anciano derramo lágrimas de sangre desde sus ojos.
Lloro al no
poder destruir la fuente de todas sus desgracias; el grimorio.
Pero al
mismo tiempo se negaba a entregar el grimorio a esos malditos magos que se
cargaron a sus amigos.
El anciano
tomo la decisión de que buscaría la forma de vengarse de esos magos.
Volvió a
huir.
Corrió y
huyo de la marea de magos que lo perseguían.
En su
camino, mato y masacro a cuantos perseguidores pudo.
Al final de
la persecución, termino llegando a uno de los lugares más mortíferos de todo el
continente.
Conocido
como la Boca del Diablo, se trataba de un gigantesco acantilado que tenía una profundidad
desconocida. Era un abismo en su totalidad. Ningún mago, sin importar cuan
fuerte fuesen, había logrado regresar una vez cayeran al abismo de este
acantilado.
Muchos también
llamaban a este lugar como el cementerio del diablo. O de la parca.
Durante los
innumerables años desde que este lugar había existido, la cantidad de vidas que
este abismo se había tragado era incontables. La cantidad de magos que jamás
regresaron era incalculable. Reyes, monarcas, magos que podían sacudir todo el
continente, sin distinción alguna, todos aquellos que cayeron en este abismo,
no regresaron.
Tras toda
esta persecución, termino llegando a este lugar.
Se detuvo
justo en el borde, y volteó su mirada hacia la multitud.
Una multitud
de magos lo rodeaban con ojos llenos de inquietud y nervios.
Algunos pensarán
que estos magos estaban preocupados por su seguridad, pero nada más lejos de la
verdad. Estos malditos no lo miraban a él, sino que miraban al grimorio en sus
manos. Sus miradas no se habían despegados del grimorio, y temían que el
anciano pudiera hacer alguna locura.
—Quieres
esto, ¿verdad? —preguntó
el anciano mientras levanto el grimorio que sostenía. Los ojos de la multitud
parecían moverse con el movimiento del grimorio en su mano. Una sonrisa se alzó
en los labios del anciano al ver esto.
Si pudiera,
él mataría a todos estos bastardos sin dejar ninguno con vida. Los decapitaría,
descuartizaría y daría sus partes de comer a los perros para vengar la muerte
de sus amigos. Pero sabía que eso era imposible. Era imposible para él solo
enfrentarse a tantos magos, sin olvidar que entre esta multitud de magos había
muchos que incluso le superaban en nivel de magia.
—¡Odín,
ya estas arrinconado! ¡No sigas huyendo y entrega el grimorio que sacaste de
aquellas ruinas! ¡Si lo entregas, podemos prometerte que te perdonaremos la
vida! —un mago dio
un paso al frente, destacándose para lanzar aquellas palabras.
El anciano
se sorprendió al ver quien era ese mago.
¡Tú, hijo
de puta…!
Este mago
era el alto mago que le había arrancado el brazo aquella vez en las ruinas. Y
no solo conforme con eso, lo dejo medio muerto y ahora tenía el descaro de
venir a decirle estas cosas. La sed de sangre en los ojos del anciano ardía con
el deseo asesino.
Quería matar
a este bastardo.
Pero supo
contenerse, notó una sonrisa burlona en el rostro de este alto mago que parecía
estar instándolo a enojarse y atacarlo. Pero el anciano sabía que atacarlo era
simplemente lanzarse a la boca del lobo. Este alto mago era mucho más fuerte
que él, no podía vencerlo.
—… se a
que estas jugando. —dijo
el anciano. —estas intentando enojarme para que te ataque y de ese modo,
puedas arrebatarme el grimorio, ¿cierto?
La sonrisa
burlona en el mago se desvaneció, remplazado por una mirada fría y afilada.
El anciano sonrió
y dio un par de pasos atrás, teniendo un pie dentro y fuera del borde. Esta
simple acción, hiso que todos los magos temblaran, y los ojos del alto mago
cambiaron de esa mirada fría y afilada, a una mirada de ansiedad y nervios.
—Jajajajajaja
El anciano
se hecho a reír con fuerza.
—Quieres
esto, ¿verdad? —hiso
la misma pregunta de nuevo, alzando el grimorio en alto para que toda la
multitud de magos pudiera verlo bien claro. Lo sacudió enfrente de ellos con
burla.
—¡Espera,
no intentes hacer una locura! ¡Podemos discutirlo…! —un mago que tenía una túnica brillante
y parecía ser otro pez gordo, salto adelante para intentar calmar la situación.
Le siguieron
de inmediatos otros magos.
—¡No!
¡Espera un segundo! Piénsalo, ¿realmente vale la pena morir en este lugar por
un grimorio que no sabes cómo utilizarlo? ¡Entrégamelo, y prometo protegerte de
todas de todos los presentes!
—¡Cierto,
no vale tirar tu vida! ¡Y no tiene que entregar el grimorio especialmente a
alguien de nosotros, solo debes aventarlo a la muchedumbre! ¡Solo eso!
Varios magos
saltaron adelante para intentar persuadirlo.
Todos parecían
ser peces gordos.
Pero lejos
de convencerlo, provocaron que la locura en los ojos del anciano se
profundizada mientras su sonrisa de amplio en sus labios. La vista ridícula de
esos magos rogándole le hacía sentir increíblemente satisfactorio.
¡Esos
bastardos me han estado cazando durante semanas, pero ahora me están rogando
para que no haga locuras! ¡Jajajaja!
El anciano
se rio de nuevo.
Luego miro
de un lado al otro, viendo a toda la muchedumbre observando cada una de sus
acciones. Su mirada se detuvo en el alto mago que le había arrancado el brazo,
y con una sonrisa, mostro el grimorio delante de sus ojos y le preguntó:
—¿Quieres escuchar algo interesante?
El alto mago
frunció el ceño.
—¿Qué
cosa? —respondió el
alto mago
—En este
grimorio antiguo se encuentra algo que todos ustedes han estado buscando con desesperación
durante los últimos milenios. En este grimorio se encuentra la fórmula que
ustedes siempre han buscado.
Con esas solas
palabras, el anciano provoco que la multitud reaccione con gritos de shock
—¿¡¡Qué!!?
Los altos
magos o peces gordos presentes, tampoco fueron la excepción. Sus ojos se
abrieron de par en par, y no pudieron evitar estremecerse ante lo mencionado.
Un alto mago
con los brazos temblorosos, señalo al grimorio y preguntó.
—Acaso…
acaso te refieres a… ¡No! ¡Eso es imposible! ¡Estas mintiendo!
—Jajajaja,
no, no estoy mintiendo. ¡Aunque dependerá de ustedes si decidir creer o no mis
palabras! —El
anciano se burló y alzo más alto el grimorio y grito con todas sus fuerzas.
—¡En este
grimorio se encuentra la fórmula para superar el nivel más alto conocido en
este continente, y ascender hacia los cielos! ¡La fórmula para ascender a la
inmortalidad!
Todos
estaban en shock.
Temblaban de
emoción, y sus ojos parecían brillar con la codicia extrema y el deseo.
Varios de
los altos magos en el lugar apretaron sus dientes, y se decidieron. Sin
importar si fuese verdad o no las palabras dichas por el anciano, ¡no podían
arriesgarse a perder esta oportunidad! ¡Tenían que obtener el grimorio a como dé
lugar, incluso si eso significara bañar de sangre toda la montaña!
El anciano sonrió
al ver las miradas codiciosas de los magos.
Esto era lo
que más quería ver.
¡Si, si,
eso es! ¡Emociónense! ¡Emociónense más!
Ahora
¡Les hare
sufrir!
El anciano
bajo el libro y lo coloco junto a la zona de su corazón.
Su sonrisa desapareció
y con una voz helada y llena de frialdad, dijo a la multitud.
—¡Lastima!
¡Jamás podrán obtener este grimorio y jamás sabrán la fórmula para alcanzar la
inmortalidad!
—¡¡No,
detente!!
Dejando esas
palabras como si fuese una maldición desde lo más profundo de su corazón, el
anciano saltó del acantilado.
Los altos
magos se movieron con una increíble velocidad para intentar atraparlo.
Pero no lo
lograron.
El cuerpo
del anciano cayo al vacío.
Sintió como
el viento aullaba al pasar por sus oídos.
¡Jamás tendrán
este grimorio, me lo llevare conmigo a la muerte!
De este
modo, el anciano cerro sus ojos y se hundió en la profunda e interminable
oscuridad del abismo.…
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